La interpretación ambiental comenzó en España en la década de 1980. Hay que recordar la creación del CENEAM (Centro Nacional de Educación Ambiental) cuyos objetivos de recopilación, difusión, sensibilización, información, documentación, lleva cumpliendo desde el principio.
La educación e interpretación ambiental ha producido a lo largo de estos años, perfiles profesionales y empleos asociados, catálogos de actividades en la naturaleza, recuperación de zonas de interés principalmente en zonas rurales, reactivación económica con una tipología específica de turismo, asociacionismo y participación social, investigación y formación,… pero sobre todo ha producido un mayor interés de la población en general por el medio ambiente, por el respeto y la conservación de los espacios naturales y un impulso en la aprobación de distintos niveles de protección asociados a zonas concretas.
Pero, ¿por qué no es suficiente con mostrar o incluso con explicar?.
Por qué se habla de interpretar, en el caso del medio ambiente o patrimonio natural.
Analizando la interpretación, esta no se contenta con una exposición o explicación sino que busca la comprensión a través de la propia interpretación Los sentidos de lo "ambiental": la contribución de la hermenéutica a la pedagogía de la complejidad. leff, h. (coord.) La complejidad ambiental. México, Siglo XXI Editores, 2000. ISBN 968-23-2212-X p 85-105
Carvalho, I.C.M. Tuit
De esta forma, el Educador Ambiental se convierte en intérprete de las percepciones que, en este caso, la naturaleza provoca, y lo hace mediante construcciones, analogías, experiencias, anécdotas,etc…
Esta tarea por parte del Educador o Educadora Ambiental como por parte de quien busca el sentido de la naturaleza a través de su interpretación, en realidad está en la base de cómo entendemos hoy en día la naturaleza. El rechazo o acercamiento a la misma ha vivido una alternancia constante desde el inicio de la Era contemporánea. En contraposición a la modernidad representada por la ciudad, como refugio de artistas, espacio sublime, ambiente saludable, objeto de admiración poseedor del beneficio de la pureza frente a la degradación de los entornos industrializados.
Pero ¿y en la actualidad? ¿Cómo se percibe la naturaleza, el medio ambiente? ¿Por qué sigue siendo necesario encontrar “intérpretes” de la naturaleza? Quizá porque no solo puede ser percibida como emergencia ante la degradación en la que está sumida, impulsando un activismo en su defensa. Quizá porque es importante conectar con esa comprensión que en parte se ha olvidado, esa sabiduría innata al ser humano que ya en el siglo XIX afloró en el descubrimiento de Novalis: el encuentro entre lo humano la naturaleza y el espíritu que hacen que el yo y la naturaleza siempre están unidos. Y siempre que esto se olvide alguien tiene que ayudar a recuperar la comprensión de este descubrimiento.
Todo este recorrido del ser humano. Toda la transformación que está viviendo el entorno, y que se puede conceptualizar en el término del «cambio climático», en el camino hacia la escasez de recursos y en la falta de concienciación ante la naturaleza. Toda la información disponible a través de internet y otros medios de comunicación. Todo ello forma un compendio de señales de que siguen faltando personas que transmitan la necesidad de conocer, entender, compartir y respetar la naturaleza y el medio ambiente y el paisaje y el patrimonio, es decir lo que nos rodea y nos acoge.
Y aquí, la interpretación de la naturaleza, la animación y educación ambiental es un eslabón clave en la cadena de comunicación. No puede perderse este engranaje humano tan necesario, esta capacidad de hacer ver de qué manera y hasta qué punto estamos unidos a la naturaleza. No se pueden cerrar los ojos a la importante labor que desarrollan los educadores, guías y gestores de centros de interpretación, y tampoco cerrar estos.